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18 de April de 2024

Mendoza: La policía baleó a un nene de cuatro años y se llevó detenido a otro de 11 por una pistola de juguete

Escrita el Sábado 1 de Agosto, 2020
Durante un operativo en el barrio Constitución de San Rafael, efectivos dispararon contra los vecinos e hirieron a un menor con perdigones. Al hermano lo golpearon y lo trasladaron a la comisaria porque les había apuntado con un arma de plástico. "Pudo haber sido mucho peor”, se quejó la madre


(Foto: Facebook Garganta Poderosa)

PorGastón Rodríguez-@Soyelpapadeleon 29 de julio de 2020

“Entrar a una casa, sacar a un niño de 11 años de abajo de una cama, disparar al montón y lastimar a un nene de cuatro años, nunca puede ser un accidente”. El sentido común expuesto por Lorena Ferreyra no es compartido por la Policía de Mendoza que durante un operativo en un barrio de San Rafael hirió a uno de sus hijos y se llevó detenido al otro. El delito de uno de los menores fue haber maniobrado en la calle una pistola de juguete. El del otro fue haberse cruzado en la línea de fuego. El hecho ya fue denunciado por el asesor legal de Niñez y Adolescencia del municipio.

El lunes, alrededor de las tres de la tarde, una comitiva de policías desembarcó en el barrio Constitución respondiendo a un llamado al 911 que alertaba sobre presuntos disparos. Bruno, de 11 años, estaba en la esquina de Rodríguez Peña y Edison junto a unos amigos. Llevaba encima una pistola de juguete y la tentación de exhibirla pudo más. Pero la risa de los chicos se interrumpió de golpe.

“Unos policías los vieron y empezaron a perseguir a Bruno que, del miedo, corrió y se metió en la casa de un vecino para esconderse debajo de una cama. Ellos entraron por la fuerza, le dieron un rodillazo en la espalda y lo sacaron de los pelos”, describió la madre en Facebook en un texto que luego difundió La Garganta Poderosa.

“Cuando vi cómo sacaban a mi nene –continuó la mujer– me acerqué corriendo y les pedí que lo soltaran, pero no querían hacerlo porque ´tenía un arma´. ¡Pero era de juguete! Bruno todavía la tenía en el bolsillo, así que la agarré y la rompí frente a los efectivos para que vean que no era de verdad, que era de plástico. Y ahí comenzaron a dispararle perdigones de goma a todos los que estaban presentes. Había cinco móviles, de los cuales bajaron los oficiales que le disparaban a los vecinos que pedían que dejaran de golpear a mi nene”.

El drama de Lorena lejos estaba de terminar. Su hijo fue puesto en un patrullero y trasladado a la Comisaría del Menor, donde estuvo detenido hasta después de las seis de la tarde. “Una vez en la seccional, yo insistí para hacer la denuncia, porque no querían tomármela, hasta que apareció un fiscal que me sugirió que no la hiciera, que ya había pasado todo y que no me convenía. En ese momento, mi hija me avisó que a mi hijito de cuatro años le habían rozado varios perdigones de goma, así que volví lo más rápido que pude hasta el barrio para llevarlo a la guardia del Hospital Teodoro J. Schestakow; el doctor que vio las heridas me tranquilizó, me dijo que no era nada grave. Por suerte fue eso, pero pudo haber sido mucho peor”, se quejó la madre.

Una de las pediatras que atendió al chico constató al menos dos heridas en la zona lumbar consecuencia de los perdigones disparados.

La justificación del jefe del operativo

En declaraciones al medio Post de Mendoza, el comisario Miguel Sánchez, jefe de la Departamental de San Rafael, justificó la detención del chico de 11 años destacando que “les apuntó con un arma”. También explicó que las heridas al hermano de cuatro se produjeron mientras los efectivos dispersaban disparando perdigones con sus escopetas a los vecinos que les tiraban piedras.

El hecho fue denunciado por el asesor legal de Niñez y Adolescencia de la Municipalidad de San Rafael y hasta el momento se abrieron dos investigaciones. Por un lado, la fiscal de Menores, Alejandra Becerra, deberá definir si imputa al chico de 11 y sus padres por la “amenaza” a los policías con la pistola de juguete, mientras que el fiscal Fabricio Sidoti se encargará de los “excesos”, si así lo considera, cometidos por los agentes.

“Anoche –concluyó el relato Lorena–, cuando finalmente se pudo ir a acostar, Bruno se tapó por completo, seguía muerto de miedo. ¿Quién le quita el terror a mi hijo ahora, que no quiere hablar ni decir nada? Yo no me voy a callar porque no puedo permitir que traten así a los nenes”.








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